¿QUIÉN CONSTATÓ POR PRIMERA VEZ LA FALLA DE JUZBADO?

Entre los años 1873 y 1910 el actual Instituto Geológico y Minero de España [1] se conocía con el nombre de "Comisión del Mapa Geológico de España".  Aquella institución precursora y fuertemente impregnada por la ingeniería minera, comenzó a elaborar durante el reinado de Alfonso XII (1875-1885) un conjunto de estudios y aproximaciones a la geología de nuestro país con fines estratégicos.  El ingeniero del Cuerpo de Minas, Amalio Gil y Maestre, publicó en 1880 para la Dirección General de Obras Públicas, Comercio y Minas la primera Descripción física, geológica y minera de la provincia de Salamanca.

Ilustración 20: Mapa geológico en bosquejo de la provincia de Salamanca. Gil y Maestre, 1880. Fuente: https://bibliotecadigital.jcyl.es

Las citas que encontramos de Juzbado en esta descripción son relevantes por cuanto esbozan lo que en la actualidad conocemos como el Macizo Hercínico del oeste peninsular y, de forma particular, la coyuntura geológica más cercana y local, es decir, las rocas graníticas cizallas de Juzbado.

La micacita muy cuarzosa, color pardo claro o gris parduzco, la micacita de color bronceado con mica plateada y dorada – Entre Carrascal de Olmillos y Juzbado, orilla derecha del Tormes o la micacita algo talcosa, de color blanco sucio y pardo a fajas, con mica plateada (página 223) 

Se corresponde con descripciones de los metasedimentos de la Formación Aldeatejada, de edad Precámbrico sup.-Cámbrico Inferior, pertenecientes al Complejo Esquisto-Grauváquico y compuestos, principalmente, por pizarras verdes y pizarras negras. La edad que se le atribuye a estas rocas en los estudios de finales del siglo XIX -se las definía como “Silurianas”- era sensiblemente más joven a la actual.

Del mismo modo, la encrucijada geológica en la que se ubica el término de Juzbado aparece ya referenciada por aquel entonces.  Con el fin de enmarcar lo que aporta este documento, exponemos primero una síntesis de los tres ámbitos dominantes desde el punto de vista geológico y paisajístico de Juzbado.  Por un lado y situadas al oeste y aflorantes en toda la penillanura salmantino-zamorana, las rocas graníticas del Domo Anatéctico del Tormes, que abarcan buena parte del oeste de la provincia de Salamanca.  Están en contacto con las rocas sedimentarias del borde terciario de la cuenca del Duero, soporte de los paisajes más suaves de campiña y de La Armuña, que ya comienzan a desvelarse en el borde oriental del municipio.  En tercer lugar, al sur, la presencia de rocas del Complejo Esquisto-Grauváquico pone de manifiesto la complejidad litológica a la hora de contextualizar y determinar por ejemplo la extensión y afección del cizallamiento carbonífero, concentrado en esta parte de la provincia en una estrecha banda de granitos.  De ahí que se cite en aquella primera aproximación geológica provincial -por ejemplo- el desmantelamiento de los sedimentos en la margen derecha del Tormes hacia el este de Juzbado:  

A un kilómetro de Juzbado, y antes del 23 de la carretera, empieza un terreno arenáceo con cantos de cuarzo y cuarcita de varios tamaños, que solo en la orilla del Tormes deja asomar la roca viva, de cuyos detritus procede (página 132-133) o que, sin embargo, hacia el norte y oeste se destaque por el contrario una cualidad de los suelos: Un detritus granítico forma el suelo desde poco antes de Juzbado hacia San Pelayo y Ledesma; por Polilla y Zamayón presenta muchos cantos de cuarcita. (página 218) 

Pero la síntesis de este contexto rico y diverso del patrimonio geológico de Juzbado aparece bien expresado en la página 120:  

La cuarta [2], al noroeste de la capital, comprende a Zafrón, Baños de Ledesma, Olmillos, Juzbado, San Pelayo, Zamayón y parte del término de Palacios del Arzobispo, se halla limitada al norte por los terrenos cuaternario y terciario, al este por el terciario, al sur por este y la formación siluriana y al oeste por la hipogénica, y tiene una superficie de unos 94 kilómetros cuadrados.

Descubrimos con admiración la descripción que el equipo de Gil hace de los granitos de Juzbado. Las anotaciones aciertan rigurosamente en algunas de las cuestiones que hoy nos parecen obvias y que, en nuestro caso particular, nos han permitido crear el primer centro de interpretación geológico de nuestro país [3] en torno a un accidente tectónico como es la Banda de Cizalla Dúctil de Juzbado-Penalva do Castelo [4].  Los leucogranitos cizallados de Juzbado (tal y como los conocemos en la actualidad) se describen así: 

El granito de Juzbado, aunque se presenta en masas redondeadas, tiene un aspecto fajeado o estratiforme, asemejándose al que luego mencionaremos de Pocilgas, en tener grandes hojas de mica. (página 132-133).   

A esta cita se suma otra apreciación relevante en la página 184 cuando, en las consideraciones generales del capítulo Época Terciaria, se subraya el carácter estrato-cristalino (estratiforme, fajeado, en lajas…) de los granitos de Juzbado: 

[...] las formaciones graníticas de Cabeza de Diego Gómez y Porqueriza, estrato-cristalina de Ituero de Huebra, Buenamadre, Garcirrey, Juzbado y Zamayón, estas últimas son, además, más o menos coincidentes con el trazado actual de la banda de cizalla dúctil.  

Se trata por tanto de un hallazgo inédito dado que no aparece citado en la literatura posterior, anticipándose a lo que, 80 años más tarde, a finales de la década de los 60, atestiguan con más contundencia los profesores J. C. García de Figuerola y Ramón Parga en su trabajo titulado “Sobre los ortogneises de Traguntía-Juzbado (Salamanca) y su significación tectónica” (1968).

En lo que se refiere a la altitud del municipio de Juzbado, la cifra que aporta este trabajo es de 820 m. sobre el nivel del mar (página 18), dato que difiere en 24 metros a la actual cota aceptada de 796 m.


[1] Desde marzo de 2021 el IGME ha sido integrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), agencia estatal adscrita al Ministerio de Ciencia e Innovación.

[2] Se refiere al cuarto área en que el autor divide las rocas hipogénicas de la provincia de Salamanca, es decir, aquellas rocas que proceden del interior, léase los granitos.

[3] El Museo de la Falla se inauguró en 2014 y desde entonces cumple un papel estratégico en la promoción y dinamización socioeconómica del pueblo de Juzbado, recibiendo miles de visitas cada año y, desde el punto de vista científico, apoyando las ciencias de la tierra como socio de la Sociedad Geológica de España o mediante la colaboración en la publicación de trabajos en torno a la cizalla.

[4] La zona de cizalla dúctil de Juzbado está incluida en el Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (IELIG) Más información en: https://info.igme.es/ielig/LIGInfo.aspx?codigo=CI060