Cuando
en el invierno de 2015 recibimos la propuesta de utilizar nuestros
recursos para desarrollar y complementar parte del asombroso trabajo de ocio y
tiempo libre de la empresa Nubra -en estrecha colaboración con los Baños de
Ledesma-, nunca creímos que hoy podríamos comenzar a escribir estas palabras.
Son
ya 3 los años que venimos recibiendo cada primavera y verano las visitas de
los jóvenes participantes en los campamentos de multiaventura e inmersión
lingüística del programa específico Nubracamps. Cada semana, llueva, nieve o
caiga un sol de justicia, cientos de entusiastas niños y niñas de todos los
rincones de la península, aunque especialmente del norte, nos han estado
visitando en el Museo del Falla. Una intensa trayectoria que no solo se
ha fraguado con los más pequeños bajo los preceptos del idioma anglosajón, sino
que también se ha consolidado gracias al extraordinario equipo que se encarga
de mantener minuto a minuto el espíritu de aventura, emoción y, por su puesto,
de profesionalidad. Un ámbito del ocio además,
cada vez más mercantilizado y alejado de los valores de cooperación,
aprendizaje y, si se quiere, del romanticismo que entiende a la naturaleza como seno
vital para la convivencia y la construcción de una sociedad mejor.
Desde
aquí queremos agradecer no solo a Nubra por confiar en nosotros como destino
final de una de sus jornadas semanales, sino también a las personas que con su
empeño y esfuerzo han logrado que muchos jóvenes se lleven de vuelta a sus
hogares buenos y gratos recuerdos de esta parte, a veces tan desconocida del
Tormes.
Tal
vez gracias a ellos, podamos en un futuro próximo, alentar más y mejores
escenarios de colaboración y de promoción en torno a los paisajes del
agua. Una magia, la del cauce del Tormes,
que nos une también indiscutiblemente con el Balneario de Ledesma.