NUESTRA HISTORIA MÁS LEJANA BAJO LOS PIES



En el año 1968 los profesores García de Figuerola y Ramón Parga publican un trabajo titulado “Sobre los ortoneises de Traguntia-Juzbado y su significación tectónica”.  Se trata del primer estudio que subraya la intensa deformación de los granitos de Juzbado y, en general, de un conjunto de litologías graníticas y metamórficas situado a lo largo de una estrecha banda de entre 2 y 4 km. de territorio que atraviesa la provincia de Salamanca en dirección a los balcones del río Duero. 


Son muchas las investigaciones que desde entonces se han publicado en torno a lo que hoy conocemos como la ZCDJP, es decir, la Zona de Cizalla Dúctil de Juzbado-Penalva do Castelo, un accidente tectónico de más de 160 km de longitud y cuyo testimonio geológico preservan múltiples afloramientos entre el municipio tormesino de Juzbado y la localidad portuguesa de Penalva do Castelo.  Una cizalla dúctil produce una altísima deformación a gran profundidad (10-15 km.) pero sin rotura.  Esto es posible a la reorganización cristalina de los minerales y la aparición de una foliación.   A estas rocas se les llama milonitas (del griego mylos: triturar). 


Las investigaciones científicas más recientes sobre la ZCDJP utilizan isótopos Ar40/Ar39 presentes en la mica moscovita como “relojes geológicos”, con el fin de datar zonas de deformación del oeste peninsular y encajar así su evolución con el contexto geológico general. Los resultados indican edades de 308 millones de años de antigüedad, situando a este gran accidente tectónico ibérico en la encrucijada carbonífera del Orógeno Hercínico.  La extensa literatura científica de expertos del campo de la petrología, la geoquímica o la tectónica, vinculados al Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca y que además han asesorado la parte técnica del Museo de la Falla, coinciden en otorgar a la cizalla un carácter tardío aunque sincinemático (posiblemente anterior a la fase 4).  

 Así mismo, las características petrológicas al norte y sur de la fractura desvelan un ligero hundimiento del flanco sur en los estadios precoces.  Esto se sabe porque mientras al norte afloran gneises glandulares y micaesquistos de alto grado metamórfico con presencia de granitos anatexíticos (por fusión diferencial) que evidencian un emplazamiento profundo, al sur afloran metasedimentos (roca sedimentaria que ha sufrido metamorfismo) de menor grado y pertenecientes al Complejo Esquisto-grauváquico (afloran al pie de las peñas y berrocales sobre la que se encuentra el núcleo urbano de Juzbado)  Cuando pisamos por tanto las rocas de Juzbado estamos siendo testigos de una gran colisión continental y de la formación del mayor continente sobre la faz de la tierra: Pangea.  


Los granitos de Juzbado son rocas ígneas de tipo leucogranítico (con minerales de color claro como los feldespatos y el cuarzo), y con presencia de dos micas (biotita y moscovita).  Su origen se remonta a las etapas tardías del orógeno Hercínico, cuando el relajamiento y adelgazamiento de la cadena provoca la fusión de gran cantidad de rocas.  El magma resultante da lugar -en gran medida- a todas las rocas graníticas que aparecen en el oeste salmantino y que los geólogos denominan Domo del Tormes.   

En el mirador de la Peña del Castillo y en los afloramientos entrelazados con el tradicional caserío juzbadino, se pueden observar estos granitos intensamente deformados o milonitizados como consecuencia de la cizalla.  Las fábricas resultantes son en algunos casos porfídicas y con presencia de patrones lineares o planares.  Son habituales las estructuras S-C (del francés schistosité y cisaillement) sin duda una de las claves geológicas para detectar y reconocer mejor cómo se produce la deformación dúctil.  Los planos “C” o de cizallamiento nos indican la dirección de la cizalla y los planos “S” de aspecto sigmoidal y oblicuos al cizallamiento son perpendiculares a la dirección de los esfuerzos compresivos que generaron la cizalla. Como comprobaremos in situ, los porfidoblastos de tipo sigma y los planos S-C nos ayudarán a determinar el sentido senestro del movimiento de la cizalla dúctil.

Figura incluída en la guía de campo dl Geolodía 2015


El Museo de la Falla de Juzbado es un centro de interpretación en torno a la geología y el paisaje. Un espacio abierto a la sociedad en donde las ciencias de la tierra se divulgan a través de una serie de herramientas y formatos inéditos en el conjunto de las dotaciones museísticas y de educación ambiental de Castilla y León.  Es relevante su presencia en el municipio de Juzbado, a muy pocos kilómetros de Salamanca, por ser un espacio que brinda no solo entretenimiento, sino también un foro de debate, investigación y divulgación de la geología.  Además, los entornos del museo cuentan con un conjunto de placas de bronce con poemas que han leído autores de talla nacional e internacional y que complementan la necesidad de entender el paisaje no solo como un elenco de devenires geológicos, sino también como un elemento en contante transformación, susceptible de contemplación y generador de emociones.